La Calle peruana hace sonar su voz contra Pedro Castillo
Las calles de Lima, hoy martes 5 de abril, est
El Perú tiene una larga tradición de movilizaciones ciudadanas, que han desestabilizados a muchos gobiernos. “La Calle” se hace escuchar siempre. Lo sintió la junta militar que gobernó el Perú entre 1968 y 1980.
En 1976 a raíz de una gran devaluación monetaria, La Calle se hizo sentir, en todo el Perú los ciudadanos se movilizaron ante el alza del costo de vida. El dictador Morales Bermúdez, presidente de facto desde el 29 de agosto de 1975 al 28 de julio de 1980, se vio obligado a suspender las garantías constitucionales y a imponerse el llamado “toque de queda” el primero de julio de 1976. Durante nueve meses, los habitantes de Lima no pudieron transitar por la noche por la ciudad.
La respuesta ciudadana se dio el 19 de julio de 1977, acatando en todo el Perú el paro nacional impulsado aquel día por la CGTP, central sindical, que reclamaba un aumento general de sueldos y salarios de acuerdo con el alza del costo de vida. El gran paro, que muchos peruanos, hoy ancianos, recuerdan con nostalgia, se desbordo. Literalmente Lima y las grandes ciudades peruanas se paralizaron completamente. En las siguientes semanas se sucedieron manifestaciones contra la dictadura. La Calle había hablado y los militares tuvieron que organizar el retorno de la democracia.
La Calle también hablo cuando Alan García en un intento de convertir a su partido, el Apra, en una versión peruana del PRI, busco estatizar la banca, e iniciar un proceso de nacionalización de empresas en busca de perpetuarse en el poder como lo hacía el PRI. Encabezados por el escritor Mario Vargas Llosa Lima salió a las calles a manifestarse en contra de los planes estatistas de Alan García. Era agosto de 1987, y las movilizaciones consiguieron acabar con los planes del partido aprista, un partido que dejo una estela de corrupción durante los 5 años que gobernó el Perú.
Años más tarde, el año 2000, saldría nuevamente los ciudadanos a las calles cuando el dictador Fujimori busco su segunda reelección, en todo el país los ciudadanos se movilizaron en contra, desde enero hasta julio del 2000 el Perú se paralizo por marchas ciudadanas. La más grande, la conocida como la marcha de los 4 suyos, se realizo entre el 26 y 28 de julio del 2000, miles de ciudadanos de todas las provincias peruanas marcharon hacia Lima. A pesar del silencio de la prensa peruana, que después se conoció era pagada por el dictador para no propalar nada contra su gobierno, la marcha estremeció Lima, y fue una advertencia para Fujimori. Cuando pocos meses después se presentaron las pruebas de que su gobierno compraba congresistas, Fujimori por miedo a La Calle fugo del país, recuperándose la democracia.
La siguiente gran movilización ciudadana coincidió con la pandemia del COVID-19, en un claro accionar golpistas los congresistas peruanos destituyeron al presidente constitucional Vizcarra, quien los presionaba para hacer cambios en el sistema de justicia y político.
Del lunes 9 al sábado 14 de noviembre del 2020 cientos de miles de manifestantes en todas las regiones peruanas salieron a La Calle protestando contra el congreso y el gobierno títere de Manuel Merino, el peón de los sobrinos del ex presidente Belaunde, acciopopulistas Víctor Andrés García Belaúnde y Raúl Diez Canseco. No solo La Calle se hizo sentir, también los peruanos desde su casa, golpeando cacerolas, silbatos, el claxon de sus autos, todos los días a la misma hora, 8pm, se pronunciaban contra la dictadura impuesta desde el congreso por los caudillos políticos, como los citados sobrinos del ex presidente Belaunde, como César y Virgilio Acuña, Luna Gálvez, Keiko Fujimori, y Flores-Araoz. Las manifestaciones tuvieron efecto, sobre todo por la muerte de dos jóvenes que protestando de forma pacifica cayeron victimas del accionar policial. El dictador Merino, y su primer ministro Flores-Araoz renunciaron, y al día siguiente se eligió un presidente provisional que convocaría elecciones democráticas.
Hoy Lima vuelve a tomar las calles, no siguiendo consignas partidarias, sino de forma espontánea, los ciudadanos salen a La Calle para repudiar el gobierno de Pedro Castillo, un presidente que en ocho meses de gobierno tiene varias investigaciones por casos de corrupción, dos de sus sobrinos están procesados actualmente por el poder judicial, y tienen orden de prisión, pero han fugado.
Las manifestaciones de hoy han sido la catarsis de un pueblo que lleva muchos años viviendo un clima de inestabilidad con políticos que no quieren cambios, y que se aferran a un viejo sistema político y de justicia corrupto. Hoy puede ser el comienzo del fin de un presidente elegido en democracia, pero que a todas luces cayo en la corrupción, y ha mostrado impericia para gobernar el país, falto de carácter, incapaz de romper con el dueño del partido político que lo llevo a la presidencia, Vladimir Cerrón, que se mofa de su poder en el gobierno, imponiendo ministros y funcionarios públicos, con antecedentes criminales.