Las fuerzas de Ucrania en Mariupol resisten mientras Rusia exige la rendición total

El Ministerio de Defensa ruso, mostrándose magnánimo ante el mundo ofreció a los combatientes ucranios de Mariúpol un plazo, que venció hoy domingo en la mañana, para rendirse. El vocero del estado mayor ruso indico que transmitió el ultimátum, a las fuerzas atrincheradas en Mariúpol, cada 30 minutos durante toda la noche y se comprometió a garantizar la vida de quienes depongan las armas en un período de cinco horas inmediatamente después de la fecha límite, según los medios estatales rusos.
Se estima que algo menos de 100,000 civiles, una cuarta parte de la población anterior a la guerra, permanecen en Mariupol privados de alimentos, agua, calefacción y ayuda humanitaria, con algunas excepciones. Mariupol surgió como un punto álgido temprano en la guerra con escenas horribles que cautivaron la atención del mundo, incluidos los bombardeos de una sala de maternidad y un teatro donde cientos buscaron refugio.
Los bombardeos implacables y los combates callejeros han destruido gran parte de la ciudad, matando al menos a 21,000 personas según estimaciones ucranianas. “La ciudad aún no ha caído”, dijo el primer ministro, Denys Shmyhal, horas después de que pasara la fecha límite de Moscú para que los combatientes se rindieran. “Todavía están nuestras fuerzas militares, nuestros soldados. Entonces lucharán hasta el final”, dijo el primer ministro a los medios de comunicación.
Las tropas rusas han sitiado la ciudad portuaria durante más de un mes en un intento de tomar control de la costa del Mar de Azov. Conseguir doblegar Mariupol le daría a Rusia el control de tierra y mar entre los territorios que tiene en el este de Ucrania y la Península de Crimea, que anexó en 2014.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, dijo a los medios de comunicación que las negociaciones no continuarían si las fuerzas rusas matan a todos los ucranianos que defienden la ciudad.
Los analistas predicen que Mariupol se convertirá en la primera gran ciudad rusa en caer bajo el control ruso, y los funcionarios ucranianos han descrito la ciudad como casi perdida. Varias fuentes indican que las fuerzas ucranianas mantienen sus posiciones en la acería de Azovstal, en parte ardiendo. La acería, una de las plantas metalúrgicas más grandes de Europa con un laberinto de vías férreas y altos hornos, se ha convertido en el último bastión para los defensores superados en número. La valentía de los soldados ucranianos y el amor por su patria, contrasta con la cobardía de las fuerzas rusas incapaces de luchar, cuerpo a cuerpo, calle por calle, contra los corajudos soldados y partisanos ucranianos, por eso bombardean sus ciudades para aniquilar cualquier resistencia.