Will Smith era un tipo divertido en los 90’s, alguien que quería disfrutar del éxito, de la buena vida, sin rollos existenciales. La mayor parte de los jóvenes del mundo no se preocupan por el mañana, viven intensamente su juventud, su mayor problema siempre es no poder estudiar, trabajar, y en suma el dinero. Cuando lo tienes todo no te importa el mañana, no piensas que tienes suerte en la vida, sino que tu esfuerzo es el que te permite tener un ingreso económico para vivir bien.
Todo cambia, al parecer, cuando vas perdiendo la juventud, cuando llegan muchas veces los hijos, divorcios, y comienzas a experimentar un cambio en tu mente, dejas de ser el frívolo joven que se quería comer el mundo, quien todo se merece en esta vida, y solo él es quien moldea su destino. Llegas a viejo y cambias las percepciones de tu existencia, te comienzas a preguntar si aquel infarto no fue una señal, o si la enfermedad de tu esposa no se debe a que dejaste de hablar con dios; y cuando tu rodilla comienza a fallar entiendes que eres un mortal con fecha de caducidad. A mas edad comienza el ser humano a hacerse mas místico, mas cabalista, a creer que si te curaste de una enfermedad no se debe a tu medico que se mato años estudiando medicina, sino a alguien más divino que guio su mano.
Al parecer el cerebro humano con la edad inicia un periodo de cambios profundos, como el comenzar a creer que dios está detrás de todo, y es quien dirige en realidad tu vida, entonces tus acciones en adelante son siempre pensando en dios, el bendice y celebra tus acciones, buenas, o apasionadas como anoche, en que Will Smith en nombre de dios y el amor por su esposa golpeo la cara de Chris Rock, eso fue lo que dejo entender el actor al recibir el Oscar por mejor actor principal, pidió disculpas a sus colegas, a los miembros de la academia, pero ni una sola disculpa para el golpeado.
Alguien dijo que los viejos son los que hacen las guerras y los jóvenes quienes mueren en ellas. Y es claro que así es, un hombre mayor enfundado en su armadura de hombre provo, amparado en su fe y lealtad a su patria, o a su familia, va cometer los más oprobiosos actos en nombre de su fe, de su amor, de su patria… Un hombre que se acerca o está comprendido en la tercera edad pierde esa capacidad de creer en si mismo, y comienza a considerar que es superior, que es el paladín de la ética y moral perdida por la sociedad.
Son los viejos los que convencen a los más jóvenes a inmolarse por su fe, como sucede en la religión musulmana, como antes también sucedía en la cristiana, era los papas de Roma, ancianos enfermizos, los que bendecían a las huestes católicas que luchaban en interminables guerras contra las hordas protestantes, o los que mandaron a decenas de miles a tierra santa para liberal Jerusalén durante las cruzadas.
Que una persona lance una cachetada antes millones de personas, y luego hable de amor y dios al mismo tiempo, nos demuestra que la fe de un viejo es intolerancia, no perdona, aunque sea irónico, cuando su fe se sustenta en el perdón, y dar la otra mejilla.
Dios es amor, no es un termino real, dios es intolerancia, clasismo, individualismo, dejamos de ser un colectivo para ser un individuo, dios te protege a ti, no a todos; dios te hace más exitoso a ti, no al resto; dios te da una familia bella y sana, mientras a otros los maldice con enfermedades.
Estamos ante una nueva etapa de fundamentalismo religioso, el acto de Will Smith en el Dolby Theatre de Los Ángeles es una muestra de ese fundamentalismo religioso, que quiere acabar con la tolerancia como pieza fundamental de la sociedad, e imponer la fe como centro de nuestras vidas.
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