Al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, sus asesores han presentado un abanico de opciones para llevar a cabo ataques cibernéticos masivos contra Rusia, a fin de interrumpir la capacidad de Rusia para mantener sus operaciones militares en Ucrania, indicaron algunas fuentes cercanas a la inteligencia estadounidense.
Entre las opciones que han sido propuestas a Biden esta: interrumpir la conectividad a Internet en Rusia, cortar la energía eléctrica y manipular los interruptores del ferrocarril para obstaculizar la capacidad de Rusia para reabastecer a sus fuerzas, dijeron tres de las fuentes. "Se puede hacer de todo, desde reducir la velocidad de los trenes hasta que se salgan de las vías”, dijo una persona informada sobre el asunto.
Las fuentes dijeron que las opciones presentadas incluyen respuestas preventivas a la invasión rusa de Ucrania, independientemente de si Rusia lanza sus propios ataques cibernéticos contra Estados Unidos en represalia por las sanciones. Dijeron que la mayoría de los posibles ataques cibernéticos bajo consideración están diseñados para perturbar, pero no destruir y, por lo tanto, no llegan a ser un acto de guerra de Estados Unidos contra Rusia. Dicen que la idea es dañar las redes, no las personas.
Los funcionarios están debatiendo las consecuencias legales de las medidas, aunque se considera que cualquier acción tomada contra Rusia se acometerá sin el respaldo oficial del Pentágono. Estados Unidos no reconocería públicamente haber llevado a cabo estas operaciones. El Comando Cibernético de EE. UU., la Agencia de Seguridad Nacional, la CIA y otras agencias tendrían un papel que desempeñar en las operaciones, dijeron las fuentes. “Nuestra respuesta será dura y mesurada, pero no tan severa como para alentar a Putin a tomar medidas más drásticas”, dijo un funcionario estadounidense.
Algunos medios aseguran que hay una división significativa dentro del gobierno de los EE. UU. Sobre las próximas acciones a tomar contra Rusia, buscando limitar la respuesta norteamericana, temiendo la respuesta de Putin, mientras otros, dentro del entorno de Biden, como militares y asesores, le reclaman una fuerte respuesta cibernética.
Estados Unidos ha estado preparándose por años para una guerra cibernética contra China y Rusia, infiltrándose en las redes de infraestructura de estos países. “Las armas cibernéticas se usarán de una manera que no hemos usado otras armas”, dijo James Lewis, un experto cibernético del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. “Nos da opciones que no teníamos antes”.
Los funcionarios enfatizaron que las opciones que se le presentan a Biden cubren una amplia gama, desde interrupciones bastante modestas hasta drásticas. Los funcionarios estadounidenses anticipan que Rusia tomará represalias, dicen las fuentes, probablemente con ataques al estilo del ciberataque de Colonial Pipeline, que por 2 días detuvo las operaciones del oleoducto que transporta combustible para aviones desde Texas a todo Estados Unidos, golpeando directamente a los consumidores estadounidenses.
“Cualquier cosa que podamos hacerles a ellos, también nos lo pueden hacer a nosotros”, dijo un funcionario estadounidense. “Lo último que queremos ver es un ojo por ojo cibernético entre EE. UU. y Rusia para ver quién puede destruir la infraestructura crítica del otro”, dijo Dmitri Alperovitch, experto en seguridad cibernética en Silverado Policy Accelerator, “Creo que cualquier acción contra Rusia puede tener impactos devastadores en nuestra seguridad y podría arrastrarnos a una guerra”.