Saul Luciano Lliuya es víctima del cambio climático, esa es la base del alegato que abogados alemanes han presentado, en cortes alemanas, para defender a Lliuya, contra la gigante europea de energía RWE, cuyas emisiones de CO2 son responsables del cambio climático que amenazan su vida, de su familia y vecinos.
Lliuya vive debajo de un glaciar. Los glaciales de la Cordillera Blanca se están descongelando, y el agua de deshielo ha aumentado el caudal de la laguna de Palcacocha, que amenaza con desbordarse y afectar a su pueblo y a toda la ciudad de Huaraz. Nadie sabe cuánto tiempo los muros en las orillas de la laguna, que construyeron el granjero y sus vecinos, podrán resistir la creciente masa de agua que sigue aumentando al descongelarse los glaciales de los andes.
Saúl Luciano Lliuya y su ciudad natal, Huaraz, viven en un escenario de terror, cualquier día pueden ser enterrados por un torrente de agua, piedras y barro, que amenaza la vida de más de 50,000 personas que viven en los causes por donde discurriría una avalancha producida por el rompimiento de diques naturales y artificiales que previenen la catástrofe.
Las consecuencias del cambio climático.
No se trata del destino sino de la culpa y la responsabilidad. Así lo ve el agricultor peruano. Porque el glaciar andino sobre él que vive no se derrite por accidente, sino por la creciente concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Estos gases, especialmente el dióxido de carbono, han hecho prosperar a la industria energética mundial, alentadas por los bajos costos de los hidrocarburos, como el carbón que a pesar de ser un agente que se ha probado contamina más que ninguno se sigue utilizando en muchos países del mundo. Las grandes empresas siguen privilegiando el lucro antes que el bien común. Por lo tanto, según el consenso científico, la avaricia de las empresas provoca el calentamiento actual de la tierra. Para Saul Luciano Lliuya, esto significa que sus medios de vida están en grave riesgo por las emisiones de gases de efecto invernadero de las empresas y apunta no solo a las empresas que las emiten, sino a los consumidores de todo el mundo que se benefician con estas industrias..
Demanda contra RWE
En una especie de demanda pionera, el agricultor peruano ahora está tratando de responsabilizar a RWE, el mayor emisor de CO2 alemán. Ninguna otra compañía alemana ha lanzado tantos gases que calientan el clima por encima del promedio histórico como la Rheinisch-Westfälische Elektrizitätswerke, RWE.
En todo el mundo, RWE es responsable del 0,47 por ciento del efecto invernadero artificial. Por lo tanto, la compañía tendría que pagar una proporción de la suma correspondiente a esta participación, que es necesaria para las medidas de protección alrededor de la laguna de Palcacocha.
En una primera instancia el tribunal de distrito de Essen desestimó la demanda. Sin embargo, el recurso contra esta decisión fue considerado admisible por el Tribunal Superior Regional de Hamm. La compañía energética RWE se defiende de la querella con el argumento de que los impactos climáticos no pueden atribuirse individualmente. No hay ningún sustento científico que pueda atribuirle responsabilidad en el cambio climático.
Eso puede sonar loco. Pero los principales científicos en Alemania consideran esta queja ejemplar. Incluso dicen: "¡Necesitamos más!" Los científicos que lo demandan, asesoran oficialmente al gobierno federal. Forman el "Consejo Asesor Científico sobre el Cambio Ambiental Global", WBGU. La presidenta de la Junta Asesora, Sabine Schlacke, profesora de derecho de la Universidad de Münster, dice que se trata del "principio de quien contamina paga". El WBGU tiene una gran reputación. En el pasado, el Consejo Asesor ha influido decisivamente en la política climática del Gobierno Federal. El "objetivo de dos grados" incluido en el Acuerdo Climático de París también fue evidente a partir de los estudios de la WBGU.
En su nuevo documento "Zeitgerechte Klimapolitik", los investigadores recomiendan que el Gobierno Federal apoye financieramente las reclamaciones de las víctimas del cambio climático, como las de Saul Luciano Lliuya. Con frecuencia, los afectados carecen del dinero para pagar los procedimientos judiciales en Alemania u otro país industrializado. El reclamo del agricultor peruano cuenta con el respaldo de la ONG "Germanwatch".
El caso Lliuya un antes y después en la lucha por detener el cambio climatico
Esta es la primera vez que un proceso civil tiene que aclarar si un gran emisor de CO2 de Alemania debe ser responsable de las consecuencias del calentamiento global. La RWE se defiende indicando que sus emisiones de CO2 se producen en Europa, y la comunidad donde vive Lliuya esta exactamente a 10 mil kilómetros de Alemania, no puede ser por tanto culpable de producir el deshielo de los andes peruanos.
Después del iniciado el juicio, el Grupo RWE tuvo la oportunidad de responder a las acusaciones vertidas por Lliuya. Sin embargo, los argumentos del demandado no parecieron convencer al tribunal. Desde el punto de vista de RWE, uno no puede responsabilizar a una sola empresa por procesos complejos generalmente causados, como el cambio climático. Este razonamiento hizo que el tribunal de primera instancia, el tribunal de distrito de Essen, rechazara la demanda.
Lliuya pide un total de 23 400 euros
Durante la obtención de pruebas, el Tribunal Superior Regional de Hamm ahora quiere llegar al fondo del argumento con la ayuda de expertos de la línea de argumentación del demandante: debe examinar si las centrales eléctricas de RWE contribuyen al calentamiento global; si esto a su vez causa el derretimiento de los glaciares en los Andes, y esto en última instancia amenaza gravemente el hogar del agricultor. "Todavía estamos yendo muy lejos", dijo la abogada de Lliuya, Roda Verheyen, después del primer día de deliberaciones. "Pero estamos muy seguros de que podemos evidenciar en qué medida afectan al mundo las centrales eléctricas de RWE".
La organización Germanwatch apoya al peruano en su llamada queja climática. En términos concretos, Lliuya exige que RWE pague casi 17,000 euros a una asociación comunitaria en su país de origen y reembolse los gastos ya incurridos por poco menos de 6400 euros. Germanwatch enfatiza el carácter fundamental de la disputa. "Nadie quiere una avalancha de litigios", dijo Klaus Milke, presidente de la organización. "Pero queremos que las personas amenazadas por las consecuencias del cambio climático no estén indefensas y sin derechos".
La compañía energética RWE obtiene alrededor del 60% de sus ganancias por las centrales eléctricas de carbón. La generación de energía basada en carbón de lignito es controversial, porque genera muchas emisiones emisiones de CO2 por kilovatio hora de electricidad.
RWE tiene la intención de seguir explotando las minas de lignito en Renania durante al menos dos décadas; las aldeas se reubican y los bosques se talan para tal fin. El lignito es una fuente de energía relativamente barata, que se puede convertir en electricidad. Alemania se aferra a la explotación de sus minas de carbón, las más grandes de Europa.
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