El 12 de Octubre y el Legado del Descubrimiento de América - Opinión | Razón y Saber



Miercoles 31 de Diciembre del 1969

El 12 de Octubre y el Legado del Descubrimiento de América

Autor: Gerardo Aspillaga


Somos americanos, desde Alaska a Ushuaia un solo continente, una sola esperanza, la paz, la democracia y la prosperidad que hoy son esquivas para buena parte de nuestros países


Cada 12 de octubre, el aniversario del "descubrimiento" de América nos invita a una reflexión inevitable sobre el impacto de este hito histórico. Aquel encuentro de dos mundos, unió para bien o para mal a Europa con América, cambiando el curso de la historia. Fue un evento impulsado por la ambición y la codicia humana, una constante que no es exclusiva de los europeos como muchos creen, sino un rasgo inherente de la especie humana, del Homo Sapiens. El ansia de oro y plata, junto con la necesidad de mano de obra esclava para trabajar los campos y minas de América, creó un escenario de opresión que fue para muchos un infierno y para unos pocos, un paraíso. Sin embargo, debemos recordar que esto pertenece al pasado, cuando conceptos como derechos humanos, libertad y democracia eran ajenos a la mentalidad de la época.

Hasta antes de la II Guerra Mundial, el derecho de los pueblos a gobernarse a sí mismos o la idea de la igualdad entre todos los seres humanos eran conceptos impensables. Las conquistas se justificaban como derechos naturales del más fuerte, un pensamiento extendido que se manifestaba tanto en la expansión europea en América como en otros territorios. Hoy, podemos ver resurgir esta ambición en eventos actuales como la invasión rusa a Ucrania o las amenazas de China sobre Taiwán. El derecho de los pueblos a decidir su propio destino, a vivir en paz y a gobernarse sin intervención extranjera, es un valor que aún en muchas sociedades no es intrínseco.

Sin duda, la conquista española en América fue un evento trágico para muchos pueblos indígenas, no se puede, ni debe, romantizar la conquista y explotación colonial que sufrieron los indígenas americanos y la población esclava que fue raptada del África y sometida en estas tierras. Sin embargo, la violencia con que se actuó en la conquista americana es una constante en la historia de la humanidad, los Pizarro y los Cortes fueron tan sanguinarios como las hordas mongolas que llegaron hasta la actual Hungría arrasando con todo a su paso, las fuerzas mahometanas que a sangre y fuego impusieron su credo en Asia y África, o las legiones romanas que se expandieron con brutalidad desde España a Siria. La ambición y la violencia son constantes en la historia de la humanidad, y muchas veces los ecos de ese pasado siguen resonando. La actual tragedia palestino-israelí es consecuencia de la expulsión de los judíos de la Provincia Siria Palestina romana, lo que comprende hoy el actual Israel y los territorios palestinos, hace casi dos milenios atrás, pero como vemos sigue para muchos vigente. Si dejamos que el pasado siga dominando las acciones del presente, estamos condenados a no avanzar.

América está divida entre un norte rico y un sur pobre, pero somos un solo continente, una tierra vasta y rica que se extiende desde Alaska hasta Ushuaia, que desde hace siglos y hasta hoy es refugio para quienes huyen de la opresión. Aquí han encontrado su hogar grandes comunidades judías, palestinas, libanesas, kurdas, sirias, iraníes, rusas y otras, manteniendo vivas sus tradiciones y creencias en paz. No obstante, las oportunidades para transformar esta tierra bendecida por la naturaleza se han visto comprometidas por un fanatismo político que ha sumido a muchas de nuestras naciones en pobreza, corrupción y atraso. Desde México hasta Argentina, América Latina, que lleva más de dos siglos de independencia, aún no ha logrado consolidar una democracia sólida y respetuosa de los derechos humanos.

No podemos seguir responsabilizando a España por los problemas actuales. Perú, Venezuela, Ecuador, Argentina, México, entre otros países latinoamericanos, han tenido la libertad de construir su propio destino durante más de 200 años, pero han caído siempre en manos de líderes populistas que buscan revivir viejos resentimientos que no ayudan a superar los desafíos del presente; al contrario, nos atan a un pasado que ya no debe definirnos. Así como celebramos a Incas y Mexicas (Aztecas), por el legado cultural y arquitectónico que admiramos, no debemos olvidar que también fueron pueblos conquistadores, y sometieron a sus vecinos por la fuerza, cometiendo masacres cuando no se rendían, uso común de la guerra en todas las sociedades que podemos llamar civilizadas.

Este 12 de octubre, los latinoamericanos debemos reconocer nuestro legado hispano como una parte inseparable de nuestra identidad. América es un continente con un pasado complejo, lleno de matices, y ha sido un crisol de culturas y creencias de todos los rincones del mundo. Reconocer esta diversidad y aprender de los errores de la historia nos permitirá construir una América en paz, libre y verdaderamente democrática.