Sinceramente me he sorprendido bastante por los últimos acontecimientos en Chile. Primero porque esa imagen de país del primer mundo que nos venían pintando era una falacia, todo era mentira, los que hacían esa propaganda eran los de la clase dominante para presentarse ante el resto del planeta. El progreso y la abundancia, como siempre, fue para unos pocos. Lo segundo que me sorprendió es el nivel de violencia desatada en las calles. Se vio que era un rencor acumulado por décadas, una frustración social contenida que termino por estallar como un volcán arrasando todo a su paso. Las causas son múltiples, la marginación económica de las grandes mayorías y la incompetencia de los gobiernos que se preocupan más en complacer a las grandes empresas dueñas del país. Lo tercero que me sorprende es la reacción de muchos intelectuales ante esta situación, escritores, historiadores, analistas políticos, dando su bendición a la anarquía descontrolada.
Uno ve con estupor el saqueo de tiendas, la quema de estaciones de metro, el robo de cajeros automáticos, el atropello de gente en las calles, la destrucción generalizada y se pregunta si todo el mundo perdió la cabeza, ¿Esto es justicia social? ¿Esto es la reivindicación de los oprimidos? ¿Los pobres al poder? No me parece. Estoy en total desacuerdo. No se puede aprobar la barbarie, la violencia, el salvajismo, sea cual sea su motivación o causa política. "Queremos cambiar el mundo, salgamos a la calle a destrozarlo todo", creo que es una estupidez. Sino estaríamos dándole la razón a la filosofía de Sendero Luminoso, que quería hacer lo mismo en Perú, dinamitar el país, volarlo todo en pedazos para construir una nueva nación más "justa e igualitaria", según ellos.
Viendo las noticias me pregunto ¿Esa gente que salía cargando un televisor LED y lo presumía en las redes, buscaba un Chile mejor? Por favor. Creo que hay maneras legitimas de protestar, de hacer sentir tu descontento al gobierno y al sistema. La prueba es esa marcha del millón, la cual aplaudo y apoyo. Esa marea humana pacifica pidiendo un cambio, una reestructuración económica, social y política del país. Toda mi solidaridad con ellos. Así se hacen las cosas. Por eso admiro a Gandhi y a Luther King. Ellos nos enseñaron que se puede luchar contra la injusticia sin usar la violencia. Se puede cambiar el mundo sin matar a nadie.
Por ultimo quería hacer dos reflexiones postreras. Me pregunto si películas como el Guasón son causas externas a esta anarquía virulenta, con ese mensaje hacia las masas de "Si el mundo te ha tratado mal pues véngate y destrúyelo, quémalo todo".
Y la última cuestión es una sugerencia a los gobiernos que tenemos. Creo que, si hay que hacer un ajuste económico, no se deberían poner impuestos a la población, sino que los políticos se bajen el sueldo.