Hoy el fujimorismo debería celebrar como todos los años el auto golpe de estado de 1992. Fue un antes y un después en el Perú, trajo cambios en la vida política, social y económica que aun repercuten en el Perú del siglo 21. La fecha es tan emblemática como el 3 de octubre de 1968, que cambio también radicalmente la vida y el orden establecido por siglos en el Perú.
La derecha extrema celebra el golpe de 1992, pero aborrece el golpe de Velazco Alvarado de 1968, sin duda porque perdieron muchos privilegios que mantenían por siglos.
Quienes celebran el golpe de 1968 nunca son los mismos que celebran el de 1992, parecen imposible para el peruano creer que ambos personajes fueron trascendentes para construir el Perú moderno, un país sin clases sociales, donde los estudios y habilidades pesan más que los apellidos.
Son los campesinos y trabajadores peruanos quienes más fueron beneficiados por el régimen de Velazco Alvarado. Con este se acaba una era de dominación de terratenientes, sobre todo en la sierra, grandes familias que eran dueñas de los campos agrícolas, y que no necesitaban invertir capitales para producir, sino que alquilaban muchas veces esas tierras a los campesinos para que las explote, manteniendo en la sierra una economía de sobrevivencia, donde el campesino, en su mayoría indígena, solo sembraba y cosechaba para pagar al terrateniente y alimentar a su familia, era una economía primaria.
Los trabajadores peruanos también celebran el golpe de 1968, ellos consiguieron tener participación en la gestión de las empresas donde laboraban, asi como recibir utilidades, e involucrarse en la administración de la misma. De aquellas épocas surgen las acciones laborales, y aún se mantienen normativas como el reparto de utilidades de las empresas a sus trabajadores.
Los Pachacuti
Velazco y Fujimori, ambos conocidos en sus tiempos como el chino, cambiaron el Perú, pero depende del sector económico o social al que le preguntes, para que responda si fueron buenos o malos sus gobiernos. Como hemos mencionado, Velazco beneficio al campesinado, aunque en sus planes no estaba hacerlos propietarios, sino mantener las tierras en poder del estado, y formar cooperativas campesinas. Por extraño que suene, es Sendero Luminoso quien dinamita, literalmente, aquel proyecto velazquista. En su locura irracional destruye muchas cooperativas agrarias, y agroindustrias desarrolladas para impulsar el desarrollo de la zona andina.
No le fue difícil a Fujimori que sus planes de liberalización económica calaran en esa sierra peruana golpeada por sendero, si bien ya muchos campesinos habían parcelado las tierras de las antiguas cooperativas, con Fujimori se comienza a dar títulos de propiedad masivamente, se consigue crear un país de propietarios de tierras, que pueden vender o comprar para incrementar sus hectáreas de cultivo. Justamente de las zonas rurales del Perú es de donde el fujimorismo tenía una masa electoral fiel, que ha perdido por las incongruencias de la hija mayor de Alberto Fujimori.
Asimismo, se dota a las comunidades campesinas dueñas de grandes extensiones de tierras la capacidad de vender tierras a terceros. El agro peruano se capitaliza, y por ello hoy en día, sobre todo en la costa, surge una gran agroindustria de exportación que beneficia a decenas de miles de agricultores. Se consigue una simbiosis económica, entre los capitales peruanos y la masa de agricultores que encuentran mercado para sus productos agropecuarios.
Si Fujimori hubiera ido más lejos, y vuelto a la condición anterior a 1968, es decir, que cualquiera pudiera poseer grandes extensiones de tierras agrícolas, sin límites, el agro peruano hubiera vuelto a ser un negocio de pocos, y regresado los viejos conflictos por la tierra, como sucede en Brasil o Colombia, donde la violencia en las zonas agrícolas ha sido continua. Las guerrillas en Colombia siempre mantuvieron el discurso que luchaban por acabar con el latifundismo, buena parte de la historia de la violencia en Colombia esta signada por el tema agrario, aun hoy en día. Eso no sucede en el Perú, gracias a la reforma agraria y a que desde 1990 se impulsó la titulación de tierras agrícolas por parte de los campesinos que las poseían, pero no eran reconocidos legalmente.
Las Empresas
Aunque suene extraño para muchos, sin Velazco las reformas liberales de los años 90’s no hubieran sido posible. Con Velazco se da un impulso a los capitales económicos nacionales, no solo nacionaliza el petróleo, sino que obliga a muchas empresas transnacionales a vender sus acciones a capitales nacionales, ello permite que muchas familias que tímidamente habían ido invirtiendo en la industrias y servicios, dieran el gran salto, al adquirir acciones de grandes empresas que habían sido filiales extranjeras. Es conocido el caso de muchas familias que hoy están entre las más ricas del Peru que usaron los bonos de la reforma agraria, por la expropiación de sus tierras, para comprar empresas e invertir en nuevos negocios. Las pésimas gestiones económicas de Belaunde y García en los 80’s cortan el crecimiento de estos nuevos holdings, pero con la liberación económica de los 90’s, vuelven a tomar impulso y hoy muchos miembros de esas familias están entre los más ricos del mundo, un club al que acceden pocos.
Como vemos, Velazco sentó las bases para que muchas familias peruanas, otrora terratenientes, dejaran el agro e invirtieran en la industria y el sector servicios, pero es gracias a la apertura económica del gobierno fujimorista que prosperan y crecen. El milagro económico peruano, el que permitió sacar de la pobreza a millones de personas, y hacer crecer la clase media como nunca antes en la historia del Perú se debe al motor económico de estos holdings empresariales, que diversificaron sus negocios, ingresando a nuevos rubros.
Errores
El mayor error de Velazco fue que entro como un elefante en vidriería y arraso con todo, destruyendo en el camino una simiente agroindustria en la costa peruana, donde las fabricas daban un valor agregado a las cosechas. Pudo haber mantenido la propiedad de las industrias en manos privadas, y entregado las tierras a los campesinos, creando una interrelación económica, pero no lo hizo, y décadas después aquellas empresas, que se transformaron en cooperativas, solo registran pérdidas, y muchas fueron liquidadas dejando a trabajadores y campesinos sin su sustento. Hoy algunas de esas agroindustrias han vuelto a producir y generar ganancias, al ser vendidas, y estar en manos de capitales privados, mientras otras se mantienen bajo el régimen de cooperativas agrarias, cambiando de administradores y generando conflictos sociales, incluyendo el asesinato de algunos líderes.
El error de Fujimori, es que no creyó en el legado que dejaría. Liberalizo la economía, pero no creo los organismos eficientes para poder canalizar el descontento de los consumidores peruanos ante las grandes empresas que irrumpían en el mercado. Las superintendencias que creo Fujimori son obsoletas en el mundo digital. Y son vistas por la mayoría como entidades corruptas que se benefician de grandes sueldos y se hacen de la vista gorda ante los abusos de los holdings económicos.
Es el caso de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) que nunca ha sido capaz de salvaguardar los aportes de los afiliados a las AFPs, y mira de lado cuando estas pierden dinero en las inversiones que hacen en la bolsa, cuando no es capaz de avizorar el temporal que se acerca e impedir perdidas. Desde febrero se pronosticaba que las bolsas de Asia, Europa y Norteamérica caerían por el coronavirus, y esto arrastraría a las bolsas latinoamericanas, incluida la peruana. Hasta ahora la SBS no responde porque si las administradoras de pensiones juegan a la bolsa, como un bróker cualquiera, y se les paga a ellos, nunca son capaces de resguardar el capital de sus aportantes, y dejan que caían sus ganancias sin realizar movimientos financieros para impedir el crack.
Acabar con la polarización
No hay forma de cambiar el pasado, tanto el golpe de 1968 como el de 1992, transformaron el Perú, para bien o mal, de esas dos experiencias se constituye el Perú moderno. Y esta en todos nosotros hacer las correcciones necesarias, en democracia, para seguir prosperando. No hay que celebrar los golpes de estado, que acaban con una democracia, siempre estarán ligados al nombre de sus gestores, a intereses personales, y a la corrupción que el poder absoluto genera. Sin embargo, hay que rescatar que muchas de sus acciones modelaron el Perú moderno, que a pesar de todo es el país de América Latina más cohesionado, y orgulloso de lo que son hoy y considera que esta en cada uno cambiar su destino, lejos de otras sociedades donde la mayoría cree que el estado es quien debe asegurar su educación y trabajo.
Adelante
La crisis actual del coronavirus prueba que las cosas se hicieron bien, que todos los presidentes desde el 2000 mantuvieron las cuentas en azul, no cayeron en campañas populistas (Fujimori gasto mucho a fines de los años 90’s en busca de ganar las elecciones del 2000 y genero una recesión económica), dispendiando el dinero del estado en busca de obtener votos. El estado peruano hoy tiene suficientes recursos para cuidar de los más pobres que se verán afectados por este aislamiento obligado, y tiene todas las líneas de crédito abiertas en el mundo, para traer dinero del extranjero e inyectarlo a la economía. Es la oportunidad de aprovechar tener buenas calificaciones crediticias, endeudarnos y usar el dinero para empujar la economía peruana, y no caer en recesión.