Millones de peruanos salen a las calles a celebrar la dictadura de Sagasti - Peru | Razón y Saber



Miercoles 31 de Diciembre del 1969

Millones de peruanos salen a las calles a celebrar la dictadura de Sagasti


    Todo el mundo esta sorprendido


Miles de peruanos han salido a las plazas, son las 10 de la noche, hace 4 horas se han cerrado las mesas de votación. Ni el toque de queda o el miedo al contagio del coronavirus han impedido a los peruanos tomar plazas y calles, salir a sus balcones y expresar con gritos, bocinas o cacerolazos su apoyo a la decisión tomada por el presidente Sagasti. La policía y el ejército se han visto sobrepasados por este mar de gente, solo observan y en algunos casos jóvenes soldados se integran a espontaneas fiestas. El Perú parece estar celebrando, pero no el haber clasificado a un mundial, que parece imposible a estas alturas, sino un golpe de estado.

Solo minutos antes el presidente Francisco Sagasti, escoltado por los comandantes generales del Ejército, la Fuerza Aérea, y de la Policía Nacional, no del almirantazgo, muestra que la marina no parece comprometida en esta acción, ha declarado la nulidad de las elecciones, "el clima hostil de estas semanas, la violencia que han ejercido ciudadanos adictos a una u otra candidatura, física y verbal, me obligan a anular estas elecciones, cualquiera sea el candidato ganador sabemos generara más violencia de electores del otro candidato y mucho me temo que “ríos de sangre correrán”, como dijo el búfalo, perdón, el maestro Villanueva, hace muchos años, si la extrema derecha o la extrema izquierda se impone. Hemos intervenido los centros de campañas de ambos candidatos, y cada impresentable, diré, líder de cada agrupación ha sido detenido, y embarcado unos a Venezuela otros a Singapur. Estamos coordinando con el JNE y ONPE para la celebración de nuevas elecciones, mañana publicaremos en el diario El Peruano un decreto de urgencia que impida la postulación de candidatos con antecedentes de corrupción; la de familias, como los Acuña, que aprovechándose de su poder económico distorsionan la democracia participativa convirtiendo un partido político en un partido familiar. La de estafadores, que usan la política para capturar el estado para sus fines económicos. Ya no podemos negar que tenemos un problema serio, la democracia peruana es un gran prostíbulo donde cualquiera con dinero abusa de ella, el mismo proceder es de izquierda a derecha. Hoy damos por finalizada una etapa de nuestra historia, la de los caudillos politicos, no más partidos hechos a la medida de unos pocos, los partidos deben tener partidarios, no amigos o empleados en su organización. En los próximos días convocaremos a nuevas elecciones, duerman tranquilos".

Las televisoras muestran en pantalla a gente que agradece a Sagasti, le piden perpetúe su dictadura, "por favor don quijote quédate por siempre", "no te elegimos, por eso no nos avergüenzas", "debemos reconocer que somos unos idiotas escogiendo presidentes, el mejor siempre es el que no elegimos", comentarios como estos se escucha en uno u otro canal.

Al grito de "Sagasti, tu si nos representas" miles de jóvenes de Trujillo avanzan hasta Huanchaco, y en Miraflores los jóvenes instalan parlantes; en Huancayo cientos de jóvenes han rodeado una de las tantas propiedades que tiene Cerrón, a fin de que no escape, y pueda correr la misma suerte de sus correligionarios y vivir como un buen comunista en Venezuela. La fiesta se ha armado en el Perú. “Estábamos a puertas del infierno y una mano nos ha rescatado de las llamas”, ha manifestado una señora en la plaza del Cuzco.

En Twitter Jaime de Althaus comienza a acomodarse, “es justo porque iba ganar Castillo”, escribe, mientras Tatiana Astengo desliza la idea que quien iba ganar era Keiko; así que Sagasti para todos, el sabio, ha impedido que un par de partidos con antecedentes criminales y hambre de poder absoluto, se imponga, ni uno ni otro, “YO”, parece decir Sagasti. Mismo rey Salomón, ha debido actual y decidir, si se lavaba las manos y dejaba que se partiera en dos el Perú, algo que no parecía importar a ambos candidatos, ninguno en esta semanas argüidas ha llamado a la calma, a la paz cristiana, eso de dar la otra mejilla (no sacar la chaveta), por el contrario parecen celebrar la violencia verbal de sus correligionarios, las campañas de mentiras y odio, la división familiar y de amigos que por pánico o por moralina se inclinan hacia uno u otro bando. Estábamos en un punto de la historia peruana donde no habría marcha atrás, y podía ser, de mantenerse impávido Sagasti, el comienzo del fin de la unidad nacional, Lima llamaba terrucos a todo el que votara por Pedro Castillo, y el interior peruano tildando de corruptos a los votantes de Keiko Fujimori. Dos meses de locura han llegado a su fin, y eso se celebra en las calles.

Un miembro de la prensa extranjera reportando en vivo desde la plaza San Martin, de Lima, reconoce que solo en Perú se podía dar un golpe de estado sui géneris, que se convierte en una fiesta, más que una celebración, es un sentimiento de euforia, del final de una pesadilla que desde la caída del presidente PPK oscureció la democracia peruana.

“Una cortina de moho cubrió nuestros ojos estos meses, hoy Sagasti no has limpiado, podemos volver a ver claramente”, menciona una señora en la radio, y ha terminado su intervención: “Porky paga tus impuestos”. Un grupo numeroso hace vigía en las afueras de canal 2 y del canal de los Wong, Willax, otros en Lurín no permiten que nadie entre, solo que salgan; algunos están en las puertas de canal 9, y otros en las afueras del diario El Comercio, sin haber coordinado todos gritan: “Liberen los medios de comunicación, devuelvan la señal de televisión, no más manipulación”.

Algunos, pocos, en la plaza San Martin discuten sobre las palabras de Sagasti, todos concuerdan en que no hay partidos politicos en el Perú, sino pequeños feudos liderados por caudillos que a dedo, muchas veces solo por dinero bajo la mesa, deciden quien será incluido en las lista congresal, o como asesores. Alguien grita: “y el partido morado”, la gente lo piensa, “pero son caviares”, grita uno, “¿y que mierda es eso?”, se pregunta otro. Lima es una fiesta, Arequipa una gran juerga, en Iquitos el grupo Explosión hace pandillar a toda la plaza principal. No se había vivido un momento de tal regocijo en la historia del Perú en 200 años de vida independiente, “le ganamos a sendero luminoso, a Fujimori Papa, le ganaremos al Covid-19, pero ahora hemos vencido a los extremistas que querían incendiar la pradera con nosotros dentro, este es un día de liberación, nuestro 2da independencia nacional, no más partidos corruptos e incendiarios”, ha dicho un anciano entrevistado en vivo por un canal de youtube.