El análisis de muestras tomadas en el mercado de Huanan, en Wuhan, China, en las primeras semanas de la pandemia de COVID-19, ha confirmado la presencia de material genético de animales salvajes y la detección de SARS-CoV-2 en estas muestras. A pesar de ello, los investigadores señalan que estos hallazgos no prueban que el virus se originara a partir de un evento de transmisión de animales a humanos.
El estudio, publicado en la revista Nature, analiza datos genómicos de las muestras recolectadas en enero de 2020, lo que podría ofrecer pistas sobre el origen de la pandemia. No obstante, algunos expertos creen que se necesitan muestras aún más antiguas para determinar el origen exacto del SARS-CoV-2.
Este trabajo respalda la hipótesis de que la pandemia tuvo un origen natural, en lugar de un escape de laboratorio. El mercado de Huanan ha sido el centro de la teoría de origen natural, ya que varios de los primeros casos conocidos de COVID-19 se vincularon a dicho mercado, donde se vendían animales que son hospedantes de virus respiratorios como el SARS-CoV-2.
Sin embargo, la hipótesis de un escape de laboratorio en el Instituto de Virología de Wuhan cobró fuerza en 2021 y aún no ha sido descartada por completo.
El estudio también ofrece indicios sobre el papel del mercado en el origen de la pandemia, sugiriendo que podría haber actuado como un amplificador de la transmisión del SARS-CoV-2. Aún así, algunos científicos expresan preocupaciones sobre la calidad del análisis, señalando que los resultados podrían haber sido afectados por contaminación en el laboratorio o un procesamiento inadecuado de los datos.
Aunque estos hallazgos no apuntan claramente a un animal específico como el huésped intermedio que transmitió el virus a los humanos, los resultados destacan la necesidad de estudiar más a fondo ciertas especies, como los perros mapache, para comprender mejor cómo transmiten el SARS-CoV-2.