A medida que la pandemia de COVID-19 ha progresado, cada vez mas estudios en pacientes recuperados advierten que estos supervivientes, incluso aquellos casos leves, han ido presentado, en los meses posteriores, una variedad de problemas de salud, secuelas de la enfermedad. En lo que se cree es el estudio más grande sobre las consecuencias del COVID-19 hasta la fecha, los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis demostraron que los sobrevivientes de COVID-19, incluidos aquellos casos leves que no necesitaron hospitalización, tienen un mayor riesgo de presentar complicaciones en los seis meses posteriores de su diagnostico.
Los investigadores también han catalogado las numerosas enfermedades asociadas con COVID-19, proporcionando una visión general de las complicaciones a largo plazo del COVID-19, y revelando la enorme carga que puede significar para los programas de salud del mundo en los próximos años.
El estudio, que involucra a más de 87,000 infectados con el COVID-19 y casi 5 millones de pacientes registrados en una base de datos federal, apareció en línea el 22 de abril en la revista Nature.
La investigación ha sido dirigidas por los doctores Ziyad Al-Aly, Yan Xie & Benjamin Bowe, miembros de la Clinical Epidemiology Center, Research and Development Service de Saint Louis.
"Nuestro estudio demuestra que hasta seis meses después del diagnóstico, el riesgo de muerte incluso después de un caso leve de COVID-19 no es trivial y aumenta con la gravedad de la enfermedad. No es exagerado decir que las secuelas del COVID-19 dejara consecuencias para la salud a largo plazo; es la próxima gran crisis de salud de Estados Unidos. Dado que más de 30 millones de estadounidenses han sido infectados con este virus, y dado que la carga del COVID-19 prolongado es sustancial, los efectos persistentes de esta enfermedad repercutirán durante muchos años e incluso décadas. Los médicos deben estar atentos al evaluar a las personas que han tenido COVID-19. Estos pacientes necesitarán atención integral y multidisciplinaria", manifestó Ziyad Al-Aly Director de la Clinical Epidemiology Center y autor principal del estudio.
Resumen de la Investigación
Las manifestaciones clínicas agudas de COVID-19 están bien identificadas; sin embargo, sus secuelas después de pasar por cuidados intensivos no se han descrito de forma exhaustiva. Aquí, utilizamos las bases de datos nacionales de atención médica del Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU. Para identificar de manera sistemática y completa las secuelas, como incidentes posteriores a los 6 meses, incluidos diagnósticos, uso de medicamentos y anormalidades en los análisis de laboratorio en sobrevivientes posteriores, 30 días, de haber enfermado del COVID-19. Demostramos que más allá de los primeros 30 días de enfermedad, las personas con COVID-19 presentan un mayor riesgo de muerte y utilización de recursos de salud. Nuestro enfoque de alta dimensión identifica secuelas e incidentes en el sistema respiratorio, incluidos trastornos del sistema nervioso y neurocognitivos, trastornos de salud mental, trastornos metabólicos, trastornos cardiovasculares, trastornos gastrointestinales, malestar general, fatiga, dolor musculoesquelético y anemia. Mostramos un mayor uso incidental de varias terapias, incluidos analgésicos (opioides y no opioides), antidepresivos, ansiolíticos, antihipertensivos e hipoglucemiantes orales y evidencia de anomalías de laboratorio en múltiples sistemas orgánicos.
El análisis de una serie de resultados pre-especificados revela un gradiente de riesgo que aumentó según la gravedad de la infección aguda por COVID-19 (no hospitalizado, hospitalizado, e ingresado en cuidados intensivos). Los hallazgos muestran que más allá de la enfermedad aguda, los sobrevivientes de COVID-19 experimentan una carga sustancial de pérdida de salud, que abarca varios sistemas de órganos pulmonares y extrapulmonares. Los resultados proporcionan una hoja de ruta para informar la planificación del sistema de salud y el desarrollo de estrategias de atención multidisciplinaria para reducir la pérdida crónica de salud entre los sobrevivientes de COVID-19.
