Hoy lunes la NASA ha compartido, a través de Internet, un breve vídeo grabado desde la nave espacial Mars Perseverance. El vídeo de apenas unos segundos muestra como el Rover Perseverance descendía sobre la superficie marciana, mientras atravesaba su atmósfera el jueves de la semana pasada, hasta aterrizar de forma segura. Es el primer vídeo de este tipo enviado a la Tierra desde el planeta.
"Se me pone la piel de gallina cada vez que lo veo", dijo David Gruel, un ingeniero del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA que trabajó en el sistema de cámara que fue diseñado para capturar el aterrizaje desde varios ángulos.
Las imágenes se grabaron el jueves cuando el robot cayó en picada a la superficie de Marte, desplegando un paracaídas y navegó hasta un lugar seguro de aterrizaje utilizando un jetpack.
Aterrizar en Marte es una hazaña de alto riesgo y alta velocidad, con solo un 50% de tasa de éxito histórico. “La Perseverancia” logró no solo mantener el aterrizaje, sino también grabar toda la zambullida con cinco cámaras especiales resistentes, había seis cámaras, pero uno falló.
Las cámaras capturaron más de 23,000 imágenes del vehículo que descendía a Marte.
"Ahora finalmente tenemos una vista de primera fila de lo que llamamos "los siete minutos de terror" mientras aterrizamos en Marte", informo Michael Watkins, director del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL) en el sur de California, que administra la misión de la agencia.
Si bien el vídeo ayudará a los ingenieros a evaluar el aterrizaje de la nave espacial para futuras misiones, también tiene un propósito más amplio. Llevar una nave espacial a Marte no es tarea fácil. Aproximadamente la mitad de las misiones al planeta rojo han fracasado. Y conseguir que un Rover esté seguro en la superficie es aún más desafiante. En el pasado, la NASA usó bolsas de aire que protegían al Rover mientras rebotaba de manera segura hasta su lugar de descanso final.
Pero en 2012, el Rover Curiosity utilizó un procedimiento de aterrizaje innovador y complicado que implicó el uso de una grúa propulsada por cohete para bajar suavemente el Rover a la superficie. Fue un éxito, y este método se utilizó una vez más con perseverancia.